La naturaleza nos sorprende en las Aves Tangará pequeña y verde de tierras bajas tropicales y estribaciones. Se encuentra en bosques húmedos siempreverdes, bordes y jardines. Se alimenta en todos los niveles, sobre todo en el dosel de árboles y arbustos en fructificación y floración. Nota el pico delgado y curvado. El macho es de
La naturaleza nos sorprende en las Aves
Tangará pequeña y verde de tierras bajas tropicales y estribaciones. Se encuentra en bosques húmedos siempreverdes, bordes y jardines. Se alimenta en todos los niveles, sobre todo en el dosel de árboles y arbustos en fructificación y floración. Nota el pico delgado y curvado. El macho es de un color verde-azul único con capucha negra y pico amarilla-banano. La hembra se parece a la hembra de Red-legged Honeycreeper pero es más brillante, verde uniforme, más grande, con mandíbula inferior amarilla y patas grisáceas
Journal of Field Ornithology. (John Murillo)
Se reporta el avistamiento de un mielero verde (Chlorophanes spiza) en Colombia, por primera vez después de más de un siglo. Esta ave sorprendió a todos debido a la mezcla de colores distintivos de macho y hembra presentes en cada lado de su cuerpo.
Mitad hembra, mitad macho
El plumaje de este llamativo pájaro se divide en colores azules y verdes brillantes, separados por un límite claro en su medio. ¿A qué se debe esto? Los machos habituales de su especie presentan un color azul brillante con una cabeza negra, mientras que las hembras lucen un tono verde claro.
John Murillo, un ornitólogo aficionado, fue quien avistó a esta inusual criatura en un puesto de alimentación de aves, situado en una pequeña granja dentro de una reserva natural cerca de Manizales, Colombia. Murillo compartió su sorprendente hallazgo con Hamish Spencer, profesor de zoología en la Universidad de Otago, Nueva Zelanda, quien, en ese momento, disfrutaba de unas vacaciones en Colombia.
La distinción inusual de colores en esta ave se debe al ginandromorfismo bilateral, un fenómeno que se cree es resultado de un error en la división celular durante la creación de un óvulo, permitiendo la fertilización por dos espermatozoides diferentes.
«Muchos observadores de aves podrían pasar toda su vida sin avistar un ginandromorfo bilateral», comenta Spencer. «Es extremadamente raro en las aves; no tengo conocimiento de ningún ejemplo en Nueva Zelanda. Fue un privilegio presenciarlo».
Apreciar las rarezas de la naturaleza
De acuerdo con el informe publicado, el ave visitaba regularmente la granja durante 21 meses para alimentarse de frutas frescas y agua. Su permanencia en el área oscilaba entre periodos de 4 a 6 semanas, seguidos por desapariciones de aproximadamente 8 semanas.
Su ginandromorfismo podría haber afectado su comportamiento y relaciones con otros individuos de su especie. Según los autores de la publicación, el ave generalmente aguardaba a que los otros pájaros se marcharan antes de acercarse.
«En general, evitaba a sus congéneres y, a su vez, era evitada por ellos; por tanto, parece poco probable que este individuo haya tenido oportunidad de reproducirse«, señalan.
Dado que las aves carecen de hormonas sexuales que impregnen su cuerpo, como sucede en los humanos, es probable que los órganos internos de esta ave también estuvieran divididos equitativamente entre macho y hembra, aunque esta afirmación es imposible de confirmar solo con observarla de lejos.
El ginandromorfismo bilateral se ha observado en diversas especies, como arañas, mariposas, langostas, gallinas e insectos palo. Constituye un fenómeno sumamente raro y encontrar un organismo así es todo un acontecimiento.
«Debemos apreciar las excepciones en la naturaleza y estar siempre alerta ante rarezas», enfatiza Spencer por Aisa Olazo
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