Entre ríos temen por una nueva Chernóbil

referencia del accidente de Chernóbil fue un accidente nuclear sucedido el 26 de abril de 1986 en la central nuclear Vladímir Ilich Lenin, ubicada en el norte de Ucrania, que en ese momento pertenecía a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, a 3 km de la ciudad de Prípiat, a 18  km de la ciudad de Chernóbil y a 17 km de la frontera con Bielorrusia.

La Asamblea Ciudadana Ambiental de Concepción del Uruguay dio a conocer su rechazo al proyecto de construir una nueva central nuclear en el partido de Zárate, provincia de Buenos Aires. Reclaman licencia social, en consonancia con el pedido del Movimiento Antinuclear de la República Argentina (MARA), que se opone un nuevo complejo atómico en la región. Piden audiencias públicas en todas las localidades que se encuentren en un radio de hasta 1.000 kilómetros de donde se emplace el complejo atómico “que es el alcance real de la radioactividad en caso de desastre”, sostuvieron.

En un comunicado, ambientalistas de Concepción del Uruguay expusieron sus reparos a la posibilidad que Argentina emprenda la cruzada por contar con una nueva central nuclear. “No fueron suficientes los desastres o catástrofes de Chernóbil (1986) y Fukushima (2011) para sobre exponer, en forma escandalosa, al mayor núcleo poblado de Argentina”, se preguntan frente a la decisión del presidente Mauricio Macri de habilitar el proyecto de instalar un nuevo complejo atómico donde ya funciona Atucha I y II. De hecho en estos días el gobierno nacional se aprestaba a firmar un acuerdo con China para la construcción de una cuarta central nuclear en la Argentina. El pacto para obtener un préstamo de 7.900 millones de dólares otorgado por la administración de presidente asiático Xi Jinping –con la condición de utilizar casi exclusivamente tecnología china– se sellaría en la cumbre del G 20 que se lleva adelante en Japón.

“Tal como lo plantean los compañeros militantes ambientales de MARA, dos cuestiones son imprescindibles antes de poner en marcha la cuarta central atómica: 1) estudio de impacto ambiental y 2) audiencia pública, de todas los pueblos y ciudades distantes entre 500 y mil kilómetros, que es el alcance real de la radioactividad en caso de desastre. A lo que sumamos que es totalmente infantil desde la geopolítica radicar centrales nucleares en inmediaciones; serían blanco fácil de cualquier potencial enemigo, en caso de guerra. Hipótesis: Un solo misil haría el mayor exterminio de seres humanos en el menor tiempo posible. El tema es muy o tan delicado para actuar con un tal grado de desidia importante”, expresaron desde la Asamblea.

fuente De la Redacción periodismo Ambiental de ERA Verde