Observando al «galán» de los montes: la berrea del ciervo también se disfruta en el interior de Alicante Del 4 de septiembre hasta principio de octubre, la época de celo de los ciervos propicia el avistamiento de machos, un espectáculo de la naturaleza que puede verse de la sierra de Mariola hasta Biar. Cuando las
Observando al «galán» de los montes: la berrea del ciervo también se disfruta en el interior de Alicante
Del 4 de septiembre hasta principio de octubre, la época de celo de los ciervos propicia el avistamiento de machos, un espectáculo de la naturaleza que puede verse de la sierra de Mariola hasta Biar.
Cuando las madrugadas empiezan a ser más frescas, con la llegada del mes de septiembre, en los montes resuena una llamada cuyo origen se pierde en el propio nacimiento de las especies. Se trata de la berrea, el momento del año en el que los ciervos macho entran en celo y se baten entre ellos para imponerse ante otros y conseguir el favor de las hembras.
Aunque en algunos puntos de España la densidad de estas poblaciones es mucho mayor y esto garantiza que puedan ser avistados con facilidad, las zonas montañosas del interior norte de Alicante, desde Aitana hasta la sierra de Biar, ofrecen también la oportunidad de disfrutar de este espectáculo. «Escucharlos es mucho más fácil que verlos porque hay pocos y solo se dejan ver durante este mes pero hay veces en las que uno tiene la oportunidad de captar el momento del apareamiento o ver cómo dos machos se embisten con su cornamenta y es espectacular. Todo en el ciervo macho, su pose es elegancia pura. Por eso lo llamamos el ‘galán de los montes'», explica Carlos Sapena, voluntario medioambiental y secretario de la Asociación de Defensa de los Herbívoros contra Incendios Forestales (ADHIF).
Sapena es fotógrafo aficionado de la naturaleza desde los 14 años y a sus casi 44 ha tenido esa oportunidad pocas veces. Aun así no desiste y desde que llega el 4 de septiembre dedica muchos días a tratar de captar la berrea. «Madrugo y voy a escucharlos. Así sé por lo menos por dónde se mueven. Después es cuestión de echar horas«. Y vale la pena porque el simple hecho de esperar en el monte da la oportunidad de atisbar muchas otras especies que también comparten espacio, como arruíes, jabalíes o muflones.
«Es un aula abierta de naturaleza», explica Sapena, quien hace ya años que organiza desde ADHIF visitas con grupos de personas interesadas y acompaña a alumnos de varios institutos de poblaciones cercanas en estas excursiones. «Hay mucha gente que no sabe que tenemos ciervos en la provincia de Alicante y es muy gratificante ver cómo reaccionan, especialmente los niños, que quedan absolutamente fascinados y siempre piden volver», añade.
Desde esta asociación recalcan la importante labor que llevan a cabo los herbívoros en la protección de los montes ante los incendios forestales, desde los ciervos a los rebaños de ganado de los pastores, cada vez más escasos. Todos ellos se alimentan de la broza del suelo y de las hojas tiernas que nacen de las partes más bajas de los árboles, creando una distancia natural que actúa como cortafuegos.
Otro elemento esencial de estas visitas es garantizar la presencia de personas en el monte para ahuyentar a los cazadores furtivos, que a diferencia de los animales abundan y cuentan con herramientas cada vez más sofisticadas como silenciadores o miras telescópicas nocturnas. En su labor de voluntariado ambiental, los socios de ADHIF también están vigilantes y alargan lo máximo posible su estancia en el monte para captar los disparos de los furtivos y avisar al Seprona o a los agentes medioambientales.
Desde ADHIF sostienen que las actividades cinegéticas pueden ser también compatibles con el cuidado del entorno natural, siempre que la caza sea sostenible y controlada. No obstante, mantienen una actitud muy crítica hacia la política llevada a cabo desde la Conselleria de Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, que según manifiestan «promueve el exterminio total de las especies al conceder más permisos de caza que animales hay en el monte«, algo que atribuyen a la presión ejercida por los cazadores.
«Hay una mala gestión que no trae nada bueno, ni siquiera para los propios cazadores, porque si matan todo este año puede que el próximo no vayan a tener caza. Ahora mismo se están repartiendo los permisos para cazar ciervos, justo cuando el macho está en celo y los animales procrean», manifiesta el secretario de ADHIF, quien subraya además que «no existe una sobreexplotación de especies que justifique esta permisividad por parte de la Administración».
«Hay agricultores, que son también cazadores, que denuncian daños en la agricultura para poder obtener permisos de forma automática. No podemos negar que haya animales que se alimenten de algún cultivo, al fin y al cabo son herbívoros y estaban aquí antes que nosotros. Pero el beneficio que su presencia comporta es mucho mayor que el daño que puedan hacer en terrenos a los que, sinceramente, no se les está sacando producción en muchos casos. Y lo más triste es que cuando logran el permiso, no cazan donde deberían», apunta el secretario de ADHIF.
Durante el mes de septiembre, ADHIF continuará organizando salidas cada semana para disfrutar de la berrea, aunque este año debido a las medidas de seguridad impuestas por la Covid-19 la organización será distinta. La entidad anima a quien quiera acudir libremente a ponerse en contacto con ellos y desde la asociación le informarán dónde y a qué hora puede juntarse con ellos. fuente DANIEL MOLTÓ @danielmolto Alicante DIARIO EL MUNDO
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