El Mesozoico, la era de los dinosaurios, se divide en tres períodos: Triásico, Jurásico y Cretácico. El Cretácico inició hace unos 145 millones de años y terminó hace 66, cuando tuvo lugar la extinción masiva que acabó con la mayoría de los dinosaurios. Hacia la mitad del Cretácico se dio una de las épocas más cálidas en nuestro planeta de
El Mesozoico, la era de los dinosaurios, se divide en tres períodos: Triásico, Jurásico y Cretácico. El Cretácico inició hace unos 145 millones de años y terminó hace 66, cuando tuvo lugar la extinción masiva que acabó con la mayoría de los dinosaurios. Hacia la mitad del Cretácico se dio una de las épocas más cálidas en nuestro planeta de los últimos 140 millones de años. Se trata de un tiempo en el que los continentes aún se movían hacia la ubicación que reconocemos hoy en día en nuestros mapas. Una de las preguntas que la ciencia se ha hecho acerca de esta coyuntura es: ¿cómo eran los polos durante este período tan cálido? Un estudio de 2020 publicado en la revista “Nature” tiene la respuesta
Una Antártida desconocida: hallan restos de selva tropical de la era de los dinosaurios
Científicos encuentran restos de una selva tropical de hace 90 millones de años cerca del Polo Sur, lo que sugiere que el clima era excepcionalmente cálido.
Ilustración de la selva antártica hace 90 millones de años. Crédito: Alfred-Wegener-Institut / James McKay Foto: Ilustración de la selva antártica hace 90 millones de años. Crédito: Alfred-Wegener-Institut / James McKay
Ahora lo cubre un manto blanco y el clima es frío, pero la Antártida no fue siempre así. Hace 90 millones de años, en la era de los dinosaurios, el clima era excepcionalmente cálido, y estaba cubierta por una selva tropical.
Un equipo de geocientíficos de Reino Unido y Alemania, junto a especialistas del Departamento de Geografía y Ciencias Medioambientales de la Universidad de Northumbria, han descubierto un suelo forestal del período Cretáceo en el fondo del mar, cerca del Polo Sur, el punto más austral del planeta. Los hallazgos se ven reflejados este miércoles en un artículo publicado en la prestigiosa revista científica Nature.
La evidencia del bosque antártico proviene de un núcleo de sedimento perforado en el lecho marino, cerca de los glaciares de la isla de Pine y Thwaites, en la Antártida occidental. «La inusual coloración de la capa de sedimento llamó rápidamente nuestra atención; se diferenciaba claramente de las capas superiores», asegura el autor principal, el doctor Johann Klages, geólogo del Centro de Investigaciones Polares y Marinas del Instituto Alfred Wegener de Alemania.
A partir del análisis de las raíces, el polen y las esporas, las cuales se conservan intactas, la investigación muestra que el mundo en esa época era mucho más cálido de lo que se pensaba. «Los numerosos restos de plantas indican que la costa de la Antártida occidental era, en aquel entonces, un denso bosque templado y pantanoso, similar a los bosques que se encuentran hoy en día en Nueva Zelanda», asegura en una nota de prensa el coautor del hallazgo, el profesor Ulrich Salzmann, paleoecólogo de la Universidad de Northumbria
Estos restos fósiles se corresponden al Cretácico medio, período de apogeo de los dinosaurios, y la época más cálida de los últimos 140 millones de años. Entonces, el nivel del mar era 170 metros más alto que el actual, y se cree que las temperaturas de la superficie del mar en los trópicos alcanzaban los 35 grados centígrados.
Hasta ahora, se conocía poco sobre las condiciones ambientales al sur del Círculo Polar. Sin embargo, cuando el equipo internacional reunió sus análisis, se encontraron pruebas de un clima cálido a unos 800 kilómetros del Polo Sur, con temperaturas medias anuales del aire de unos 12 ºC. En verano, la temperatura media anual era de 19 ºC, y la del agua en los ríos y pantanos alcanzaba hasta los 20 ºC. Todo esto, a pesar de contar con una noche polar de cuatro meses, es decir, que durante un tercio de cada año no hubo luz solar. Asimismo, la investigación concluye que la cantidad e intensidad de las precipitaciones en la Antártida Occidental eran por entonces similar a la de Gales hoy día.
Estas condiciones climáticas, como apunta el estudio, solo podían lograrse con una densa cubierta de vegetación en el continente antártico, la ausencia de grandes capas de hielo, y una concentración de dióxido de carbono en la atmósfera mucho mayor de lo que se había supuesto anteriormente: «Antes de nuestro estudio, la suposición general era que la concentración global de dióxido de carbono en el Cretáceo era de aproximadamente 1.000 partes por millón. Sin embargo, en nuestros experimentos basados en modelos, se necesitaron niveles de concentración de 1.120 a 1.680 ppm para alcanzar las temperaturas medias de entonce Gerrit Lohmann, coautor del artículo y profesor del Instituto Alfred Wegener de Alemania.
Ahora, el equipo trabaja para entender qué fue lo que causó que el clima se enfriara tan dramáticamente, dando lugar a las grandes capas de hielo visibles en la actualidad.
El continente antártico en algún punto podría estar repitiendo aquel ciclo y en unos cientos de años comenzar a tener características más cercanas al clima tropical, trayendo como consecuencia un deshielo masivo y la pérdida de la mayor reserva de agua del planeta.
Por esto resultan tan importantes las investigaciones como esta, ya que conocer parte del pasado ayuda a hacer predicciones y comprender algo de lo que vendrá en el futuro.
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