Una persona sincera se muestra tal como es, sin disfraces, apariencias o màscaras. Es totalmente autèntica, en su forma de ser, no busca parecerse o copiar a alguien. La sinceridad es igual a transparencia, sin misterios que esconder, con la intención que lleva puesta, en total manifiesto. Es la integridad real, màs no una careta que cuando todos voltean, actùa de forma falsa y desleal, pero delante de los demàs se presenta con idoneidad. Ser sinceros tambièn es ser honesto tanto con uno mismo como con los demàs, significa reconocer lo que soy y puedo hacer.

Hay personas que aducen ser sinceras porque dicen lo que piensan a «calzon quitao» o » duèlale a quien le duela»; para decir lo que uno siente, no es necesario herir, por muy fuerte que sean los argumentos, hay situaciones que tampoco ameritan guantes de seda o mimos, sin embargo, existen las maneras y las palabras correctas y directas para decir lo que se piensa de una manera elocuente, sin violencia u ofensas. La sinceridad no daña, al contrario edifica si se expresa asertivamente.

Cuando necesites manifestar algo que te molesta o entristece con sinceridad, controla tus emociones y reflexiona sobre lo que vas a decir, recuerda que la idea no es maltratar o causar un problema adicional.
Abog. NILMARY BOSCAN MALDONADO