La Madre Teresa de Calcuta, fue canonizada el 04 de Septiembre de año 2.016, a propósito de este importante evento religioso, es menester, recordar que esta mujer se caracterizo entre sus virtudes, por la humildad, convirtiéndose en un icono reconocido a nivel mundial, causando gran admiración por sus diversas obras y gestos de caridad hacia
La Madre Teresa de Calcuta, fue canonizada el 04 de Septiembre de año 2.016, a propósito de este importante evento religioso, es menester, recordar que esta mujer se caracterizo entre sus virtudes, por la humildad, convirtiéndose en un icono reconocido a nivel mundial, causando gran
admiración por sus diversas obras y gestos de caridad hacia los mas necesitados. La Santa Madre Teresa de Calcula decía:
“LA HUMILDAD ES LA MADRE DE TODAS LAS VIRTUDES, PUREZA; CARIDAD Y OBEDIENCIA. ES SIENDO HUMILDE CUANDO NUESTRO CORAZON SE VUELVE REAL, TANGIBLE. SI ERES HUMILDE NADA TE TOCARA, NI ELOGIOS, NI VERGÜENZA, PORQUE SABES LO QUE ERES. SI TE LLAMAN SANTO NO
TE PONGAS EN UN PEDESTAL”.
La humildad, nos permite reconocer nuestras fortalezas y debilidades, es saber quienes somos, sin dejarnos llevar por el ego. Representa una maravillosa manifestación de amor y comprensión que nos permite acercarnos al prójimo, sin establecer diferencias de ninguna índole. Los títulos académicos, premios, dinero, prestigio, éxito o fama de la que puede gozar una persona, gracias a su esfuerzo y constancia para obtenerlo, pueden aumentar el ego de la misma, pero es allí, donde debe prevalecer la humildad, como virtud admirable e incólume que mantiene la autenticidad de la persona haciéndole mas sublime y humana.
El ego convierte a las personas en seres egoístas e inalcanzables, incapaces de sensibilizarse con los demás. Todas las personas son iguales y merecen respeto sin importar sexo, raza, ideologías políticas o religiosas, color, condiciones socios económicos, culturales, etc. Debemos tratar a todas las personas con consideración, desde el señor que barre la calle para mantenerla limpia, hasta el empresario que impulsa cada día su organización. Cada ser humano, tiene sus cualidades y defectos. Cada persona tiene una historia de vida diferente. Algunos han tenido más oportunidades que otros, o quizás, por algún motivo, teniéndolas no las aprovecharon, no somos quienes para estar juzgando a nadie. Primero es necesario ver y convencernos de nuestras propias miserias, antes de juzgar a los demás por las suyas. Cada cabeza es un mundo pero lo que si es cierto, es que nunca debemos atropellar con nuestra conducta a los demás.
Una sonrisa, un saludo, un gesto de cortesía, son actos que nos permiten interrelacionarnos con los demás sin distinción alguna. Son conductas positivas que debemos enseñarle a nuestros hijos.La humildad no es sinónimo de pobreza, sino de calidad humana y riqueza espiritual. Muchas personas tienden a confundir esta virtud con el aspecto material y no es así, el ser humano es grande, cuando teniéndolo todo, es capaz de mantener un corazón alegre y humilde dispuesto a servir a los demás.
La humildad es la madre de las virtudes, es un valor transcendentalmente humano que permite acercarse a los demás con sensibilidad para comprender y ayudar. La soberbia no sirve de nada, creer que estamos en un pedestal inalcanzable es una actitud negativa que nos aleja de la realidad y de los demás. Creer que todo gira en torno a lo que pensamos y deseamos es totalmente egoísta.
Para vivir en armonía absoluta con nuestro alrededor, debemos ser capaces de sentir la necesidad del otro, independientemente del estatus que tenga, pobre o rico, todos somos seres humanos con los mismos derechos. No hay que olvidar que todos somos iguales. Como padres, es importante inculcar a nuestros hijos el valor de la humildad, con palabras y ejemplos de vida, mostrarles que podemos ayudar a otros, que la amabilidad es un gesto, para todos por igual y que indiferentemente de todo lo material que posean, no basta, porque lo importante es aprender a dar valor a las cosas y apreciar a las personas sin hacer diferencias de ningún tipo.
Muchos padres cometen el error de enseñarles a sus hijos, que solo pueden tener amistad con quienes tienen mucho dinero, sin pensar en la educación
que puedan tener. Recuerde madre o padre, que el dinero no implica que ese niño, reciba buena educación, ejemplos o valores. Para cambiar positivamente, debemos dejar el ego por la humildad. Estamos en esta vida para vivirla a plenitud, todo aquello por lo que luchamos y trabajamos merece reconocimiento y admiración, porque lo hemos obtenido con lucha y disciplina para evolucionar como personas, pero creciendo también
en humildad.
“LA HUMILDAD CONSISTE EN CALLAR NUESTRAS VIRTUDES Y PERMITIRLES A LOS DEMAS DESCUBRIRLAS.” SANTA MADRE TERESA
DE CALCUTA.
fuente NILMARY BOSCAN MALDONADO
Abogada Estado Zulia, Venezuela, Código Postal 4019 Nilmarykris@gmail.com
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