La Primera Ciudad planificada con sus extensiones de prodigiosas  tierras, Ciudad Ojeda es la tercera ciudad más grande del estado Zulia en Venezuela, sólo detrás de Maracaibo y Cabimas. Conocida como la primera ciudad planificada de Venezuela, es la capital del municipio Lagunillas. Situada a 5 metros de altitud sobre el nivel de la Costa Oriental del lago de Maracaibo

En Ojeda, la ciudad petrolera de Venezuela, hasta los balancines brotan lágrimas de Olvido y desesperanza. Las mismas que saltan de los ojos de sus habitantes al ver como su municipio que fue icono de prosperidad y desarrollo del país, lo hayan convertido en tierra de lamento y desolación.

Hace 83 años, Venezuela exhibió esta

 Primera ciudad planificada con sus extensiones de prodigiosas  tierras, que la convirtieron en la tercera más grande del Zulia con su capital Lagunillas. Municipio que ante la mirada muy distraída  de sus gobernantes, ha ido perdiendo, con el paso del tiempo, su producción industrial, ganadera, petrolera, agrícola y hasta artesanal, sombreada cada vez más por una desesperanza de sus habitantes a quienes sólo el amor por su terruño los mantiene firme en recuperarla.

Al igual que en el resto del país, se cuentan por decenas  las casas,  incluyendo los campos petroleros, locales comerciales e industrias, que lucen abandonados ante la crisis política Económica que se vive y que en la Costa Oriental del Lago de Maracaibo ha hecho estragos en las últimos veinte años.

Su geografía que durante décadas formó un particular paisaje urbano se ha ido.  prácticamente  borrando, con un descuido total al que ha sido sometida por los entes gubernamentales, ante la mirada perdida de los Citojenses  que aún permanecen en su espacio y se niegan a abandonar.

Ahí sigue en pie una parte de la ciudad que se desdibuja y

Que muchos se niegan a perder y miran con nostalgia, la aman y defienden de otros que la ignoran y desatienden, como si nada tuviese que ver con su propia historia.

Le quedan todavía algunos espacios  que se niegan a morir, donde se reúnen sus

Habitantes en tradicionales tertulias con café en mano, y donde intercambian opiniones sobre el acontecer diario y ponen de manifiesto el amor que mantienen por su tierra que los vio nacer y el aporte que pudiera brindarles para sacarla del abismo en que se encuentra.

 Grupos civiles organizados, miembros de instituciones sin fines de lucro, organizaciones políticas y sociedad civil, se dan cita en los pocos café, carritos de tráfico, hogares y restaurantes que son una tradición de encuentros desde los tiempos de la bonanza petrolera y  que aún quedan en la zona céntrica de Ojeda como testigos mudos del lamento de su gente, el amor por su terruño, la tristeza que los embarga, la capacidad de resistencia que han mantenido y la fe que

Persiste entre los que aún la habitan y que se niegan a abandonarla, y que como diría el parroquiano, es más grande y fuerte que el potente «reventón petrolero “de 1922.

Ciudad Ojeda escenifica la decadencia de un modelo que no funciono.

La vieja contaminación de las aguas de su lago por la industria extractiva, se suman hoy las brutales consecuencias del colapso económico. Entre los apagones, el racionamiento de combustible, carencia de servicios básicos y alimentos (hambre) falta de poder comprar medicinas y por ende falta de empleo y programas de salud, sus habitantes viven del recuerdo de un pasado desaparecido. Pero recuerdos que les aseguro que más temprano que tarde serán una nueva realidad y con lo que todos merecemos tener como ciudad desde décadas, ser una #CiudadOjedadePrimera #MigenteNoPerderlaEsperanza  Fuente  Mónica Padrón

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