Joven indígena hace directores de cine a niños y niñas wayúu

Ediana Tamar Montiel Larreal, Comunicadora Indígena y Comunitaria de la Escuela de Comunicaciones del Pueblo Wayúu. En la alta guajira Colombo Venezolana

Algunos me conocen por el trabajo que he venido haciendo en la comunidad del cabo de la vela, 27 niños y 15 jóvenes formándose para ser los futuros protectores de Jepira, su sonrisa llena mi corazón de alegría hace que cada sacrificio valga la pena con pasos pequeños seguimos soñando y construyendo

Eso es precisamente lo que hace Ediana Tamar Montiel Larreal, Comunicadora Indígena y Comunitaria de la Escuela de Comunicaciones del Pueblo Wayúu. Con tan solo 22 años de edad Ediana ha logrado llevar a imágenes historias creadas por niños y niñas indígenas, permitiendo que, a través de este arte, plasmen en cortometrajes creativos cuentos que nacen de la imaginación de cada uno de ellos.  

Ediana es colombo-venezolana, nació en un pueblo fronterizo ubicado a 25 minutos de Maicao, llamado Paraguaipoa, municipio Guajira, estado Zulia – Venezuela. Cuando tiene la oportunidad desarrolla espacios culturales y sociales en la comunidad del Cabo de la Vela y ya ha producido diez cortometrajes colombo-venezolanos en el que cada director es un niño o niña wayúu.  

Esta joven del clan Ipuana, de territorio ancestral Jalala, corregimiento de Jonjoncito en la Media Guajira, a unas dos horas de Uribia, hace algunos meses ideó Wayuuando Films, un proyecto que busca consolidar como una práctica en comunidades indígenas.

Se trata de una idea que nació cuando emprendió, junto con su amigo Carlos Gómez, un taller enmarcado en un periódico mural para niños y niñas, en el que solo contaban con hojas blancas y lápiz. En dicho taller, los niños y niñas wayúu debían escribir, con ayuda de tips de escritura, sobre diferentes temáticas como necesidades básicas, violencia de género y otros. En ese proceso se dio cuenta que los niños necesitaban herramientas más didácticas para narrar cultura.

A partir de eso, quiso proponer algo diferente, fuera de lo usual, algo irreverente, para que ellos pudieran narrar lo que realmente sentían.  

“No me siento como una realizadora audiovisual o cineasta, solo como alguien que cree que el mundo puede cambiar. Empecé a darle clases a los niños de fotografías y cómo grabar, utilizando mi teléfono celular. Ellos empezaron a escribir cuentos imaginarios y yo los empecé a utilizar como guiones. Cada niño es el director de su cortometraje”, menciona Ediana. FUENTE
Mary Ramírez
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ninas-wayuu/

Ediana, poco a poco se encuentra estructurando de manera más formal este proyecto, defendiendo la conservación de la esencia de esta idea, por lo tanto, su principal objetivo es que las historias creadas por los niños puedan ser mostradas tal cual ellos la escriben.

De esta manera, con sus propios recursos desarrolla, cada vez que puede, estos talleres de escritura, fotografía y grabación para darles la oportunidad a muchos niños y niñas wayúu que se conviertan en cineastas a sus cortas edades.

En noviembre de 2018 tuvo la oportunidad de llevar a Wayuuando films a su pueblo, dejando donativos de cuadernos y libros. Trabajó con diez niños entre los 8 y 10 años, cada uno de ellos produjo y escribió un cortometraje.

“Son grabados y editados con teléfonos, es una manera de demostrar que no necesitamos millones para poder grabar, que no necesitamos los recursos del gobierno o cualquier ente para empezar a trabajar, el que quiera puede empezar a trabajar con las bases que tiene”, expresa esta comunicadora indígena.

Además, añade que este es el primer proyecto colombo-venezolano que trabaja con niños y niñas wayúu sobre este tipo de arte. Quiere que el proyecto lo puedan desarrollar muchas de sus comunidades, “no es algo que voy a patentar, es de todos y para todos”.