Una extensión equivalente a la superficie de Ecuador, eso es lo que ha perdido la Amazonía en los últimos diecisiete años.
- El cambio de uso de suelo arrasó con 29.5 millones de hectáreas de cobertura forestal en los nueve países amazónicos.
- La plataforma cuenta con mapas, información estadística y bases de datos disponibles para cualquier usuario.
Una extensión equivalente a la superficie de Ecuador, eso es lo que ha perdido la Amazonía en los últimos diecisiete años. Esta devastación, registrada entre el 2000 y el 2017, suma 29,5 millones de hectáreas y es uno hallazgos centrales de la plataforma MapBiomas Amazonía.
“Es como si la región hubiera perdido un país completo en un periodo corto de tiempo”, comenta Tasso Azevedo, coordinador de la Iniciativa MapBiomas, institución responsable del desarrollo del mapa interactivo en alianza con la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG).
Azevedo explica también que, a diferencia de otros sistemas de monitoreo, este mapa no solo muestra la pérdida de bosques, sino también la dinámica en las variaciones del uso de suelo en el territorio amazónico. “Ahora podemos entender qué pasó en el bosque, qué sector se transformó en área urbana o agropecuaria, o cómo una zona ganadera se convirtió en tierra agrícola”.
Esta gran fotografía, que nos permite tener una visión completa de cómo se ha alterado el paisaje, analiza la pérdida de vegetación natural en nueve países del bioma amazónico.
Una mirada a nueve países
La información satelital que forma parte de este portal de uso libre muestra las variaciones que se han dado en este periodo de tiempo, dentro de las más de 800 millones de hectáreas de la Amazonía. La plataforma ha observado esta situación en cada uno de los países: en Brasil, Perú, Colombia, Bolivia, Ecuador, Venezuela, Guyana, Surinam y Guyana Francesa.
El territorio analizado incluye también la región andina y el Cerrado, así como áreas sin vegetación. En una siguiente etapa se incluirá otras zonas sensibles como el Chaco Chiquitano y las pampas de Brasil, Argentina y Uruguay.
“Cada país tiene una historia”, dice Azevedo para explicar los distintos procesos de deforestación que afectan al continente. Menciona, por ejemplo, los cambios que se han presentado en la Amazonía colombiana como consecuencia del proceso de paz, pero también la dinámica en el Chaco Chiquitano de Bolivia, donde los bosques se están convirtiendo en pastizales o campos de cultivo de soja.
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